Protección máxima a altas y bajas temperaturas.
Evita la corrosión y oxidación de los metales, incluido el aluminio.
Reduce la temperatura del punto de congelación.
Aumenta el punto de ebullición.
Previene la formación de espuma.
Brinda larga vida a las partes del sistema de enfriamiento.
No ataca las mangueras del sistema.
Se recomienda para todos los motores de combustión interna, radiadores y sistemas de enfriamiento.
No agregue agua.
Vaciar por completo el agua del radiador con el motor apagado y frío.
Llenar totalmente el radiador con anticongelante/refrigerante.